Todos los fotógrafos y videógrafos de boda coincidimos en lo mismo: cuando hay feeling con la pareja el reportaje de boda sale mucho mejor. Y cuándo un reportaje de boda sale, digamos muy bien, eso es bueno para todos.
Es bueno en primer lugar obviamente para los novios, porque se llevan para casa un reportaje TOP.
En segundo lugar es bueno para el fotógrafo y el videógrafo, porque nos queda una estupendo material que mostrar a futuras parejas que quizá nos contraten.
Lo ideal sería que cada fotógrafo pudiese escoger solo a aquellas parejas con las que sienta feeling. Pero claro, hay que llenar la agenda porque esto es lo que nos da de comer. Esto no significa que el reportaje vaya a salir mal si no tienes un gran feeling con la pareja. Pero sin duda, cuando hay feeling te sientes más motivado porque sientes que esa pareja se merece que des lo mejor. A ver, no confundamos: siempre damos lo mejor. Pero sin duda hay un componente inconsciente, una motivación que hace que ese ‘lo mejor’ a veces sea más mejor que otros.
Ese ingrediente secreto es el feeling. Y el feeling es el que es.
En el caso de Lidia y Paco, flechazo instantáneo, y un reportaje del que sentirnos orgullosos.
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