Cuando un fotógrafo se interesa por el microstock en seguida comprende que el juego se trata de vender una única foto por poquito dinero, pero muchas veces. Y para que eso suceda, ha de enviar su portfolio a toda la miríada de agencias de microstock que hay en el mundo. Y al principio es genial, porque normalmente, a poco habilidoso que seas, agencia a la que aplicas, agencia en la que te aceptan.