VÍDEO PARA PRINCIPIANTES (II) – modo manual vs modo automático

POR FRAN LORITE

En la anterior entrada de este blog dimos comienzo a una pequeña serie de posts en los que hablaremos sobre cómo grabar vídeo y en la que publicamos una pequeña reseña de cómo empezar a grabar.

Esa reseña sirve también como índice de lo que iremos comentando en esta serie. La idea es ir profundizando en cada uno de los puntos de ese índice. Y además seguiremos el mismo orden para que nadie se pierda.

Así pues hoy toca hablar sobre el modo manual frente al modo automático en la grabación de vídeo.

Al maravilloso mundo del vídeo se puede llegar desde tres vías típicamente. Puede que no tengas ni idea de vídeo y te pongas a grabar con una cámara (la que sea). Puede que ya sepas de fotografía o que incluso seas un profesional pero nunca te haya dado por el vídeo. O puede que sí hayas estudiado vídeo antes de empezar a producir material en serio.

En cualquiera de esos tres casos es posible que al principio el tema de los settings te eche para atrás. Es normal cuando no se tiene excesivo dominio que la conclusión más lógica sea ‘lo pongo todo en automático y ya está’. Tiene cierto sentido. Cuando ponemos la máquina en automático sabemos que quizá no sea lo mejor pero al menos salvaremos la situación.

Bueno, eso es verdad hasta cierto punto.

Es verdad que los procesadores de las cámaras han avanzado y siguen haciéndolo con cada nueva versión de cámara que aparece en el mercado. Y los resultados empiezan a ser muy buenos. Pero al fin y al cabo, un modo automático es un programa que intenta adivinar qué es lo que el operador medio quiere en cada momento. Creo que nunca será una solución 100% fiable. ¿Cómo puede saber un programa si me interesa exponer para altas o bajas luces? ¿Cómo sabrá un programa si quiero una dominante cálida? ¿Sabe el programa si luego querré hacer una cámara lenta? ¿Sabrá algún día si me interesa una profundidad de campo ancha o estrecha? Yo creo que no.

¿Cuándo es el modo automático una buena opción? Desde mi punto de vista, nunca. Jamás he usado ese modo ni creo que lo haga.

Sin embargo, veo algunas situaciones en las que puede no ser mala solución. La más típica, cuando tenemos que grabar una secuencia en la que se pasa de un exterior a un interior o viceversa. Es un caso extremo, ya que pasamos de una situación muy luminosa y con una temperatura de color, a otra con muy poca luz y seguramente con otra temperatura de color. Personalmente prefiero encontrar otra solución narrativa, algún corte tipo b-roll para cambiar mis parámetros antes que dejar que la máquina opere por mí. Pero para un principiante puede ser una solución aceptable.

Otra situación en la que puede ser una salida es usar ese modo como botón del pánico. Nos ponemos en una situación en la que estás grabando algo en un ambiente no controlado, por ejemplo una boda. Se dan situaciones que no puedes repetir. No puedes repetir la salida del arroz. No puedes pedir a la novia que vuelva a lanzar su ramo. Si te confundes al operar por falta de experiencia, por que tu cámara sea nueva y no tengas la suficiente soltura con ella, o te pilla el toro en algún sentido, ahí te aconsejo que tengas bien localizado tu botón del pánico. Lo pulsas y ya solo tienes que ocuparte de encuadrar bien. No te darán el Óscar a la Mejor Dirección de Fotografía, pero salvarás la situación y cobrarás por tu trabajo.

El principal problema del modo automático son las variaciones intraplano que realiza la máquina. Es decir, las variaciones de diafragma, velocidad de obturación, temperatura de color y enfoque que se dan dentro del propio plano. Como resultado obtienes un clip que, por ejemplo, puede empezar con una temperatura de color de 4800K, y que termine con una temperatura distinta. Y eso no hay quien lo arregle en edición. Otro ejemplo son los contraluces. Cuando sabes que en tu plano va a haber un contraluz, tú cómo operador decides si expones para el sujeto o para el fondo. La máquina tomará su decisión, pero la irá cambiando durante la grabación si el plano varía. Abrirá o cerrará el diafragma para mantener lo que ella considera que es la exposición correcta. Y con ello variará también la profundidad de campo. Es decir, una feria de luz y color en cada clip. El aspecto final no será profesional. O al menos no todo lo profesional que debería o podría.

Mi consejo es que tengas en cuenta la opción de modo automático solo como plan B, que realices tu curva de aprendizaje con tu cámara hasta que la operes sin pensar, de una forma natural. Y para ello debes pasar horas y horas operándola. No esperes a tener un encargo o a tener que hacer algo formal para ir acumulando horas. Coge tu cámara, sal a la calle y graba clips en distintas situaciones. Entrena tu cerebro a tomar decisiones. Estarás entrenado cuando antes de acabar un plano ya sepas qué parámetros colocar en tu cámara antes de grabar el siguiente y lo hagas de forma casi inconsciente.

Para los que amamos esto es un auténtico disfrute la sensación de dominar la cámara, de tomar todas las decisiones sobre tu exposición, enfoque y encuadre. Y no un programa informático.

Actualmente trabajo con la Fujifilm X-T3, y no puedo estar más contento. Hablaré más de ella en los siguientes posts. Si quieres seguir aprendiendo vídeo con nosotros no olvides suscribirte al canal.

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