POR FRAN LORITE
Llegamos al capítulo 9 de la serie Aprende Vídeo que estamos desarrollando en este blog para ayudarte a dar tus primeros pasos con el vídeo digital.
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Hoy vamos a hablar del ISO, que es uno de los conceptos más sencillos de conocer y gestionar en tu cámara.
Si leíste el capítulo I de esta serie, un capítulo introductorio donde se daban los pasos mínimos para poder empezar a grabar vídeo, ahí ya explicamos un poco por encima y de manera muy práctica lo que es el ISO y cómo utilizarlo.
Aunque hoy vamos a profundizar un poco más, no abandonaremos el tono práctico, así que no te asustes.
El ISO es un parámetro que imita el antiguo ASA de la película analógica, y se refiere a la sensibilidad de la misma, es decir, la cantidad de luz que hace falta para que la película quede impresa con la imagen, y que tenía unas métricas estándar (100 ASA, 200 ASA, 400 ASA…)
El sistema digital ha heredado las métricas, si bien ha intercalado pasos intermedios, pero siempre imitando lo que se hacía en el sistema analógico para que la transición del analógico al digital fuese lo más natural posible.
Por tanto, cuando cogemos nuestra cámara podemos observar pasos similares, 100 ISO, 200 ISO, etc.
En la película analógica, el tipo de emulsión marcaba lo sensible que era la película. En digital la sensibilidad se gestiona electrónicamente. Es decir, si tu escena no tiene suficiente luz para obtener la imagen deseada, uno puede subir el ISO de la cámara y obtendrá mayor iluminación en la escena.
¿Da igual cuánto subamos el ISO? Por desgracia, no. Y al igual que pasaba con la película analógica, cuanto mayor es el parámetro ISO, mayor ‘grano’ y pérdida de calidad de imagen.
Por tanto, por definición, cuanto más bajo puedas tener el ISO, mayor calidad de imagen tendrás.
Esto deja también algunas posibilidades artísticas, si por lo que sea te interesa tener una imagen con mucho artefacto. Pero sinceramente, nadie, salvo quizá algún trabajo muy artístico, nadie fuerza la máquina adrede, ya que si quieres grano siempre se puede añadir en postproducción y tú sigues teniendo el control partiendo de una imagen con mayor calidad.
Por otro lado, sí quería explicar un aspecto técnico que me parece interesante conocer, y es la relación entre el tamaño del sensor y la gestión del ISO. Por definición, cuanto mayor sea el sensor de tu cámara, mejor gestionará el ISO. Está claro que luego tienes procesadores y firmwares que gestionan mejor que otros y puede que en algunos casos en la práctica no haya diferencia. Pero si tú tienes un sensor full frame y lo pones a por ejemplo 500 ISO siempre vas a tener menos ruido que un sensor APS-C que esté a la misma sensibilidad. El motivo es que cuando el sensor empieza a recibir ganancia electrónica, la distancia entre los píxeles genera más ruido cuanto más cerca estén unos de otros. Aunque esto también depende del tamaño del píxel (menos ruido cuanto más grande) y del número de ellos que haya en el sensor (densidad), en general entenderemos que en un sensor más grande, a similar número de píxeles estos estarán más separados que en uno más pequeño y por tanto generarán más ruido.
Insisto en que esto es sobre el papel. Hay marcas que gestionan estupendamente el grano que provoca los ISOs altos y que en la práctica hay poca diferencia sobre todo en ISOs bajitos.
A nivel general los usuarios aceptamos que hoy en día Sony es la marca que mejor gestiona el ISO, y que tiene un verdadero monstruo para el vídeo que es el modelo Alpha 7 S III que alcanza los 102.400 ISO. Obviamente, a ese nivel de ISO la imagen no es válida. Pero donde el resto de máquinas obtienen una imagen aceptable solo hasta 1600-3200 ISO (si te ves muy apurado, 6400 ISO tampoco pasa nada en según qué ámbitos), este máquinón te puede llevar a obtener imágenes de calidad aceptable a 25.600 ISO. Eso, amigos, es una bar-ba-ri-dad. Pero entroncando con lo anteriormente explicado encontramos que este modelo de Sony monta un sensor de tan solo 12 megapíxels, en una marca que tiene modelos de hasta 40 megapíxels. El motivo es que se trata de un modelo muy pensado para vídeo, donde puede llegar a tener más valor una mejor gestión del ISO que no el hecho de tener muchos megapíxeles.
Ahora te toca a ti coger tu cámara y encontrar los límites aceptables del ISO que te mantenga una calidad de imagen aceptable.