POR FRAN LORITE
En este post, correspondiente a la serie Aprende vídeo nos atrevemos con uno de los conceptos más sencillos pero al mismo tiempo más difíciles de explicar de la fotografía y el vídeo. Es la temperatura de color.
No voy a ponerme concienzudo ni científico. Voy a ir a lo práctico, como en el resto de la serie.
La luz tiene un color, y el ser humano que siempre está tratando de medirlo todo estableció una medida para el color: los grados Kelvin. Para las luces más cálidas, los grados Kelvin más bajos y por contra los más altos para las luces azuladas.
Por ejemplo, una bombilla de luz cálida puede estar por los 3200 grados Kelvin, mientras que el sol de mediodía estaría sobre los 5600 K. En un día nublado la temperatura de color es incluso más elevada.
Hasta aquí lo fácil.
Pero ¡oh, campos de soledad, mustios collados! Resulta que a la cámara hay que decirle la temperatura de color a la que quieres que grabe. A esto se le llama el balance de blancos y consiste en decirle a la cámara cuándo el blanco se ve blanco según la luz que hay.
No voy a aburrir contando cómo se hacía antes, pero se hacía diferente a como se hace ahora. Hoy en día basta con introducir la temperatura de color manualmente. Incluso la mayoría de cámaras tiene unas posiciones preset según en qué ambiente vayas a realizar la grabación. Puedes decirle que estás al sol, a la sombra, en un día nublado, en un interior con fluorescentes, etc. Si no tienes muy claro cuáles son los grados Kelvin aproximados en cada situación, este tipo de presets funcionan bastante bien, además porque puedes ver en tu pantalla en tiempo real cómo está tu cámara interpretando el color de la luz según el parámetro que estás introduciendo. Con el tiempo aprenderás a identificar con mucho acierto los grados Kelvin que tienes en cualquier situación.
¿Por qué es necesario decirle a la cámara qué grados Kelvin tenemos si todos sabemos que las cámaras tienen una opción para que lo mida ella automáticamente? Pues por lo mismo por lo que estamos dando la chapa en esta serie con trabajar en manual y dejar de lado los automatismos. Porque un operador debe operar la cámara, no dejar a juicio de los algoritmos de la cámara las decisiones que un buen operador debe tomar.
En primer lugar, en vídeo es criminal usar el balance de blancos automático (en adelante AWB) porque, al contrario que en una foto, la temperatura de color puede variar mientras se está grabando el clip, por ejemplo en un paneo que hagas desde una zona de una habitación donde la luz la proporciona mayoritariamente una lamparita, pero en el paneo entre en plano una ventana donde la luz es de otra temperatura de color por ejemplo en un vídeo de boda. La máquina cambiará la temperatura de color dentro del propio clip, y al principio se verá de un color y al final del clip de otro. Y eso tiene muy mal arreglo. Desaconsejable totalmente.
Por otro lado, usar la temperatura de color en modo manual nos ofrecerá, como el resto de parámetros, oportunidades creativas. Por ejemplo, a mí me gusta mucho que mis grabaciones tengan una tonalidad cálida, por lo que a la cámara siempre le digo que tiene una temperatura de color más alta de la que tiene, por lo que su interpretación hace que mi blanco sea un poco amarillento. No tendría esta opción si lo grabase con el modo automático. Por ejemplo, cuando estoy con luz día, con el sol como fuente de luz principal (5600K) me gusta poner la cámara un poquito por encima, a 6000K por ejemplo, y eso me da una imagen más cálida.
Imagina que en otra grabación quieres dar sensación de frialdad en el ambiente. En ese caso deberías marcar en la cámara una temperatura de color más baja de la real. Por ejemplo si estás en un interior con luz de bombilla de tungsteno, a 3200K, si quisieras que el ambiente fuese más azulado deberías marcar tu temperatura de color en la cámara a 2800K, y tendrías un ambiente más frío.
Como siempre, aquí hay mucha tela que cortar. Pero nosotros no queremos más que ayudarte a que empieces. Ahora te toca a ti experimentar con tu cámara y la temperatura de color.
Si no tienes una cámara para vídeo, te vamos a recomendar una camarita buena, bonita y barata. Yo la tengo y la utilizo mucho para vídeo. Es la Fujifilm X-T30 y te la recomiendo mucho porque no pesa, da una calidad brutal y tiene muchas opciones para usar los parámetros con sus diales manuales.
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