LA NUBE

POR FRAN LORITE

El asunto de la nube me recuerda a los inicios del comercio electrónico.

Se nos decía que podíamos comprar cosas por Internet. Pero no nos fiábamos. Yo pertenezco a la Generación X, la que vio nacer Internet. Y aun así me ha costado horrores confiar en las compras por Internet. Aun hoy recelo de muchas tiendas online. Mi confianza está en Amazon y poco más.

Vale.

Planeta Tierra. Siglo XXI.

La tecnología ha seguido avanzando. De hecho, en los últimos años ha avanzado a una velocidad nunca vista en la Historia de la Humanidad, y hace unos años apareció el concepto del cloud, la nube, que más o menos consistía en la posibilidad de deslocalizar los datos digitales, sean de la naturaleza que sean, y almacenarlos o consumirlos desde un sitio que en nuestra cabeza era como algo etéreo, como el cielo, no sabíamos bien dónde estaba esa nube. El resultado fue, de nuevo, la desconfianza.

¿Cómo voy yo a subir mis fotos privadas al ordenador de quién sabe? ¿Dónde queda mi privacidad?

Si usamos la dicotomía de Umberto Eco sobre los apocalípitcos y los integrados, yo pertenezco al segundo tipo, y aunque soy cauto, finalmente acabo abrazando este tipo de tecnologías.

Fade out a negro. Fade in.

Oficina de Media+Media.

Recuerdo los tiempos del cassette, el CD y el Compact Disc (y el Blu-Ray, el soporte del futuro, ja…ja…ja). En relativamente pocos años se ha abandonado el soporte físico para consumir música y cine para hacerlo directamente desde la nube. Los patronos han predicado con el ejemplo. La nube existe y…oh! Realmente mejora la vida de las personas. No es algo que ha venido para robarnos la privacidad (si es que queda algo por robar) y el alma.

Vale. Ya nos fiamos de la nube, ¿no? ¿Pues entonces por qué todavía almacenamos todo lo que hacemos en Media+Media en los discos duros?

La nube tiene incontables ventajas para una productora audiovisual como la nuestra. Pero la más importante es esta: SEGURIDAD

Hasta hace poco, cuando volvíamos de una grabación nosotros hacíamos tres copias en formato físico. Cada boda, cada corporativo, cada sesión de fotos tenía tres copias: dos discos que quedaban almacenados y un tercer disco que tenía solo lo que no estaba entregado.

Pero aun así, el miedo a un robo, un incendio, inundaciones o cualquier desastre natural inesperado no desaparecía de nuestra cabeza.

Así que finalmente dimos el paso al universo intangible de la nube. Y ahora sí que dormimos tranquilos.

Seguimos manteniendo las tres copias en físico, con las que trabajamos en nuestro día a día. Pero además tenemos una cuarta copia en la nube, que nos da la tranquilidad que nos faltaba. Ahora estamos seguros de que no vamos a perder ningún contenido, con la seguridad que eso transmite a nuestros clientes.

El futuro es claro para nosotros: seguramente la proporción de disco duro físico/nube en breve sea al revés: dos nubes de dos proveedores diferentes (nunca se sabe), y un disco duro físico por si acaso.

Y el siguiente paso, aunque hoy por hoy todavía no es posible trabajar el vídeo directamente desde la nube, es cierto que las conexiones a Internet son cada vez más rápidas, por lo que estoy seguro de que en pocos años estaremos trabajando conectados directamente a la nube, sin discos duros.

Después de estudiar a los distintos proveedores, nosotros nos hemos decantado por MEGA, por su sencillez y seguridad. Todo el contenido alojado en su nube está cifrado. La clave de acceso también lo está. Y es sumamente sencillo de utilizar. Además tiene app de escritorio (absolutamente recomendable) y una app de móvil.

Además tienen diferentes planes para que elijas el que más se adapte a tus necesidades. Si eres profesional sabes, como yo lo sé, que la tranquilidad de que no vas a perder tus archivos pase lo que pase no tiene precio, pero es que además los precios de MEGA son estupendos.

Te dejamos aquí un enlace por si quieres echar un vistazo.

https://mega.nz/storage/aff=tfeAKWovYZY

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